Frecuentemente, las personas tienen problemas para distinguir entre ahorro e inversión. Esto se debe a una educación financiera deficiente, aunada a una carencia generalizada de cultura financiera. Por ello, en esta publicación deseamos abordar ambos conceptos para que puedas tomar mejores decisiones en tus finanzas personales. Ahorrar: el cimiento de tu estabilidad financieraEl ahorro es el mecanismo mediante el cual uno va acumulando paulatinamente parte del propio ingreso. Ello significa desprenderse de la posibilidad de usar todo el dinero que se gana, guardando parte de él para el futuro. Para ahorrar, es necesario generar un hábito, lo cual requiere plantearse una meta y seguirla con disciplina y constancia. "Para iniciarse en el ahorro, se recomienda comenzar reservando un 10%" Ahorrar es el primer paso que cualquiera tiene que dar para construir una estabilidad financiera. Su propósito es conformar un capital para cubrir necesidades posteriores, ya sean emergencias, oportunidades o simples gustos. Para iniciarse en el ahorro, se recomienda comenzar reservando un 10% del sueldo o de cualquier otra forma de ingreso. El ahorro es útil para enfrentar eventualidades y resolver nuestros problemas a un corto plazo. Sin embargo, no es suficiente por sí mismo para construir finanzas personales sólidas. Esto, ya que el dinero ahorrado “bajo el colchón” pierde su valor día tras día a causa de la inflación. Por su parte, las cuentas de ahorro de los bancos brindan intereses muy pequeños. ¿A qué se le llama “invertir”? Para alcanzar realmente la meta de la libertad financiera a un largo plazo, es necesario invertir. A grandes rasgos, una inversión consiste en emplear los ingresos para comprar activos. Un activo es todo aquel bien del cual esperamos obtener mayor riqueza a futuro. Algunos ejemplos clásicos son bienes raíces, acciones de empresas, metales, joyas y obras de arte. Invertir implica arriesgar el propio capital con el propósito de obtener más en el futuro. A diferencia del ahorro, que en la mayor parte de los casos es seguro, las inversiones nunca lo son. Así como se puede multiplicar lo invertido, puede no conseguirse la rentabilidad deseada o, incluso, perderlo todo. Además, las inversiones requieren usualmente más dinero que el ahorro y sus instrumentos son considerablemente más sofisticados. "Nunca debemos invertir la totalidad de nuestros ahorros ni mucho menos de nuestros ingresos" Para la construcción de tu patrimonio y estabilidad financiera, el ahorro y la inversión deben ir de la mano. Lo ideal es ahorrar para después invertir sólo una parte de lo guardado. Esto significa que la inversión debe realizarse sólo cuando se disponga ya de un ahorro considerable. Asimismo, nunca debemos invertir la totalidad de nuestros ahorros ni mucho menos de nuestros ingresos. Instrumentos financieros de ahorro y de inversión Existen instrumentos financieros tanto para ahorrar como para invertir. Es importante distinguirlos a fin de elegir el que sea conveniente según el momento en que nos hallemos. Ejemplos de los primeros son las cuentas de ahorro y los depósitos bancarios a plazo fijo. En los segundos destacan fondos de inversión en algún mercado: deuda —renta fija y variable—, capitales, divisas y derivados. Ciertamente, los instrumentos de inversión resultan mucho más complejos que los de ahorro. Su adecuado manejo requiere cuando menos de conocimientos, intermedios en economía y tendencias financieras globales y locales. Si no los tienes, lo mejor será recurrir a un buen asesor de inversiones. "Lo mejor será recurrir a un buen asesor de inversiones o contratar productos desarrollados por aseguradoras" Ahora bien, si tu capital es modesto o deseas asegurar un rendimiento mínimo, los seguros son una excelente opción. Hoy las aseguradoras ofrecen productos sofisticados que te permiten invertir en mercados nacionales e internacionales sin ser un gran capitalista. Estos instrumentos cuentan con protección en caso de incapacidad total y permanente. Incluso, si fallecieras, el pago de la suma asegurada que tu familia recibirá es libre de impuestos. Ya sea para ahorrar o invertir, es sumamente importante que cualquier instrumento que contrates sea con una institución regulada. Existen dos entidades en el sistema financiero mexicano que se encargan de supervisar los fondos de ahorro e inversión. Una es la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y otra la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF). Si te interesa ahorrar o invertir y contar con protección, permítenos colaborar contigo para que alcances tu libertad financiera. Y siempre recuerda: antes de firmar con cualquiera, ¡asegúrate de que se trate de un producto financiero regulado! Los comentarios están cerrados.
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